viernes, 18 de diciembre de 2015

La izquierda quiere ¿y debe? dejar de llamarse así. Por Eynel Pilatowsky y Alfredo Mora Pavón

Publicado en: Mexican Times, Piensaglobal Opinalocal 17 de diciembre 2015
http://themexicantimes.mx/dejar-de-llamarse-izquierda/

El partido político español Podemos no es el primero en el mundo que surge como resultado de un movimiento social. Existen casos en prácticamente todas las latitudes que han logrado participar o incidir de manera directa en las estructuras partidistas.
Es posible afirmar, sin embargo, que Podemos es el primer partido en el orbe, capaz de lograr un éxito de grandes dimensiones al poco tiempo de haberse constituido. Con apenas seis meses de existencia, las encuestas le dan a Podemos un reñido segundo lugar en intención de voto para las elecciones generales que se celebrarán en unas cuantas horas.
¿A qué se debe el gran arrastre de Podemos en España?
Parte del éxito se debe a que Podemos ha logrado capitalizar el desencanto de diferentes sectores con la izquierda tradicional española, representada mayoritariamente por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Como gobierno entre 2004 y 2011, el PSOE implementó medidas que pusieron en entredicho su denominación de origen. Frente a una de las peores crisis económicas de la historia, José Luis Rodríguez Zapatero decidió socializar las pérdidas de las élites económicas mediante el rescate financiero de instituciones de crédito y ahorro. de los bancos. Con la puesta en marcha de políticas de austeridad se desmantelaron programas sociales, se redujeron salarios y beneficios, y se restringieron negociaciones laborales colectivas. Finalmente, en coalición con la derecha, representada por el Partido Popular (PP), el PSOE aprobó la reforma constitucional al artículo 135 mediante la cual se prohíbe el déficit presupuestal.
Con la llegada del PP al gobierno español en 2012, el PSOE debió asumir una gran derrota como resultado de las políticas aplicadas. Mientras tanto las manifestaciones sociales en contra de las medidas implementadas, del bipartidismo y del dominio de bancos y corporaciones, se convirtieron en génesis de la formación de Podemos en 2014.
Asamblea del Movimiento 15 M en la Puerta de Sol. Foto: movimiento15.org
Asamblea del Movimiento 15 M en la Puerta de Sol. Foto: movimiento15.org

Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, principales fundadores de Podemos, se han distinguido claramente por una activa participación en la izquierda de España y América Latina. En algún momento, los tres han declarado públicamente su militancia. Sin embargo, en su corta existencia,Podemos ha evitado arduamente posicionarse ideológicamente y ha establecido una lejanía nominal con la izquierda. Nada de esto, lo ha hecho por casualidad.
Al percatarse del rechazo, desprestigio y aislamiento que, entre la sociedad española, generaba autodenominarse de izquierda, los dirigentes de Podemos comprendieron la necesidad de encarar su participación política en un espacio y con un perfil que ningún otro partido político pudiera disputarles. Es por ello que el joven partido ha apelado a un nuevo concepto: el de la “mayoría social” que busca adueñarse del voto moderado y recoger el descontento social sin importar el espectro ideológico.
Líderes fundadores de Podemos. Foto: laizquierdadiario.com
Líderes fundadores de Podemos. Foto: laizquierdadiario.com

¿Cómo ganar votos sin ideología de por medio?
La clave de Podemos no fue solamente dejar de llamarse de izquierda. Sin duda, el mayor talento radicó en generar una plataforma con temas que permitir cubrir la disimulada ausencia ideológica. En un artículo publicado este mismo año, Pablo Iglesias definió claramente que la estrategia de su partido sería la de construir liderazgo mediático basado en el discurso de rechazo y denuncia a las élites políticas percibidas como corruptas, la defensa de la justicia, las políticas redistributivas y los derechos sociales, y la reivindicación de la soberanía como base de la democracia.
Mediante esta ruta, Podemos buscó sacudirse de los viejos ropajes identitarios de la izquierda, como el propio Iglesias los llamó. Es muy probable que el 20 de diciembre, el partido no logre una mayoría suficiente para alcanzar la presidencia del Gobierno Español. Sin embargo, su presencia en el Senado y el Congreso de Diputados, así como en diferentes municipalidades será de gran relevancia y le significará una gran proyección en futuros procesos electorales.
La evolución de Podemos es un caso paradigmático que en las próximas semanas y meses arrojará muchas lecciones y elementos de análisis. Por lo pronto, permite afirmar que su distanciamiento nominal con la izquierda la ha favorecido electoralmente, sin importar si este acto responde a intenciones pragmáticas o ideológicas.
¿Estará Podemos generando una nueva fórmula que deben seguir las izquierdas en otras partes del mundo? ¿La izquierda quiere y debe dejar de llamarse así? ¿Se trata de una lección que aplica también para las izquierdas partidistas mexicanas?

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