domingo, 20 de diciembre de 2015

Reseña del Libro Las Voces Desterradas; reflexiones en torno a los imaginarios judíos por Juan Antonio Delgado de la Rosa.

Publicado en la revista: Bajo palabra. Revista de filosofía, ISSN 1576-3935, Epoca 2, Nº. 10, 2015págs. 385-387 de la Universidad Autónoma de Madrid España.


El libro nos ofrece un argumento taxativo de cómo poder evolucionar en el
conocimiento del judaísmo contemporáneo desde la perspectiva de los intelectuales,
equilibrando dos fuerzas fundamentales: La razón y la tradición. Para ello, también nos
sitúa todo este entramado ante la clave de la resistencia en conciencia.

Este ensayo del profesor Pilatowsky pone de relieve autores en los que la adhesión al
judaísmo es crítica y son capaces de cribar los elementos que no dejan margen a la libertad
de expresión y de conciencia moral.

El primer intelectual que trata es a Baruch Spinoza (capítulo primero), recordando que
fue el primer judío emancipado. Ciertamente no pertenece como el resto de autores a la
historia contemporánea pero es el que abrió el camino rebelándose contra la edad media
judía y por ello fue excomulgado de la comunidad judía en 1656. Pilatowsky hace una
disección de Spinoza extraordinaria en relación a su pensamiento teológico-filosófico,
sobre todo su estudio de la ética (sería muy interesante comparar estos datos con la tesis
doctoral del ya fallecido profesor César tejedor Campomanes). Como segundo capítulo del
libro el profesor Pilatowsky ofrece un enfoque de la obra de Franz Kafka a partir de la
influencia que tuvo en la mística judía. Desde estas coordenadas el autor del ensayo
profundiza en el contexto que se vivió en Europa, dedicando un trabajo importante a la
comprensión de la cábala española antes de la expulsión de los judíos (1492). Otro
elemento que analizará antes de la expulsión de los judíos en España, es la relación entre el Creador y la creatura y la responsabilidad que tiene el hombre para con la creación. Esta
situación y tensión de conversiones violentadas por la fuerza traerán la figura del
marranismo o criptojudaísmo. Tampoco olvida Pilatowsky el jasidismo y las consecuencias que se traducen de esta identidad errante (en su soledad) en las nuevas
lecturas del mesianismo y el mesías. Como tercer capítulo, nos plantea Pilatowsky el
Kafka de W. Benjamin, es decir, trata de presentar lo que un filósofo piensa de la obra de
un literato. Pilatowsky encuentra al menos tres concomitancias entre ambos intelectuales:
provienen de familias judías en la que sus padres se habían alejado de la religión: los dos
tienen una relación compleja con el judaísmo y finalmente en ambos casos, participar de
una vida judía no se conciliaba con el sentido de pertenencia a un proyecto universal.
Ambos mueren muy jóvenes: “sin tierra, sin aire, sin leyes”. Se dieron cuenta que había
esperanza pero no para ellos. Para el cuarto capítulo, el profesor Pilatowsky nos presenta el Benjamin de Reyes Mate. Es muy interesante esta reflexión porque parte de un autor
español que no es judío y que tuvo una vinculación con el cristianismo. Es una perspectiva
muy diferente a las anteriores: “Reyes Mate sostiene que hay que recuperar las fuentes
judías y el reconocimiento de sus manifestaciones antijudías”. El profesor Pilatowsky
desenvuelve de forma sintética pero brillantemente la obra de Reyes Mate. Sobresale la
idea de hacer justicia mediante la memoria recogiendo testimonio de las personas que han
sido víctimas de persecución y exterminio. Esto se funda para reyes Mate en la ética y la
política. Es muy interesante esta propuesta epistemológica en aras a superar el
eurocentrismo. Termina el capítulo con matizaciones del profesor Pilatowsky a algunas
consideraciones de Reyes Mate. El capítulo quinto, está dedica a Walter Benjamin,
presentando el pensamiento de Benjamin en torno a la dialéctica emancipación sometimiento. Invita el ensayo a poner la mirada de nuevo en el estudio de Marx como
herramienta para comprender el sistema capitalista. El capítulo sexto, presenta el
pensamiento de Hanna Arendt como luz en tiempos de oscuridad. Una luz llena de
intencionalidad hacia la justicia. Se narra cómo Hanna Arendt en 1960 es enviada a
Jerusalén por el diario New Yorker para informar del juicio del militar Eichmann (Otto
Adolf Eichmann fue un teniente coronel de las SS nazis. Fue el responsable directo de la
solución final, principalmente en Polonia, y de los transportes de deportados a los campos
de concentración alemanes durante la segunda guerra mundial). Estos hechos produjeron un gran impacto en Hanna Arendt y a partir de ellos hace una profunda reflexión y revisión: La banalidad del mal. El capítulo siete, nos sitúa antes las voces de Celan, Heidegger y Grass. Celan, poeta que recrea el lugar de lo siniestro: “La muerte es un maestro venido de
Alemania”; Heidegger afiliado al nacionalsocialismo: Grass premio nobel de literatura,
reconoció que el holocausto causaba vergüenza por ser algo monstruoso. El capítulo ocho,
el profesor Pilatowsky pone en el candelero a Emmanuel Levinas a partir del tratamiento
que le han dado algunos pensadores católicos. Destacando entre estos autores al ya
fallecido José María Mardones (Formado en Alemania, profesor de Sociología en la
Universidad del País Vasco e investigador del CSIC en el Instituto de Filosofía, compañero
de Reyes Mate en el mismo) y también se destaca el estudio de Levinas por parte del
profesor Sucasas (prologuista de este libro). El capítulo nueve, nos presenta el pensamiento de J.P. Sartre, recuperando reflexiones filosóficas del mismo, con respecto a la cuestión judía, el antisemitismo y el odio al extranjero. Sartre sostenía que al hombre había que entenderlo en su situación existencial concreta y desde aquí parte el profesor Pilatowsky para desarrollar en este capítulo el binomio: hombre y libertad, que proyectará la
consustancialidad de la autenticidad y la responsabilidad del sujeto en sus momentos kairológico, criteriológico y proyectual. El capítulo décimo, Derrida y Yerushalmi, presentan un diálogo en torno a la identidad, la memoria y el papel del investigador. De fondo de todo ello la figura de Sigmund Freud. El capítulo décimo primero, plantea la muerte de Jacques Derrida. Reflexiones muy hondas al respecto de situarse ante la muerte: “En esta frontera, en donde el deseo de permanencia se rebela contra la conciencia del fin absoluto”. ¿Derrida en sus planteamientos ante la muerte se equivocó de época? No lo sabríamos a ciencia cierta, pero sí intuimos que Derrida, siguiendo el ensayo del profesor Pilatowsky, aceptará ser considerado como judío: “sólo si entendemos el judaísmo como espacio histórico de resistencia (criptojudaísmo). Todo esto, ¿será una aporía?

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